A medida que la digitalización de la sociedad avanza, cambia fundamentalmente los principios económicos, obligando a las empresas a adaptarse. En el sector industrial también se está produciendo una disrupción de las dinámicas competitivas tradicionales. Las empresas necesitan identificar y contrarrestar la competencia que viene de dentro y fuera del sector. No son sólo las nuevas empresas y start-ups las que constituyen un riesgo, las grandes corporaciones están cogiendo velocidad de crucero y también se están convirtiendo en disruptores.

Las organizaciones del sector Industria necesitan crear un modelo operativo impulsado por asociaciones estratégicas que permitan un verdadero ecosistema digital y evolucionar para romper los flujos de valor tradicionales.

La transformación digital forma parte de un proceso continuo de mejora que implica la colaboración de las personas, los procesos y los activos a través de la tecnología. No ocurre de golpe, sino que cobra impulso con el tiempo mediante un efecto bola de nieve. ¡Hay que empezar en formato pequeño, pero ahora mismo! para mejorar el nivel competitivo y la posición en el mercado.