El Internet de las Cosas no ha parado de crecer en los últimos años, la adopción ha aumentado a medida que las tecnologías habilitadoras han evolucionado para reducir los costes de computación, almacenamiento y red, permitiendo al mismo tiempo a las empresas acceder a insights e información relevante en tiempo real para la toma de decisiones.

El desarrollo y la comercialización de soluciones basadas en IoT en toda la empresa suelen ir asociados a inversiones elevadas. Al mismo tiempo, la competencia es intensa porque sólo unas pocas plataformas o servicios de IoT pueden establecerse con éxito dentro de cada industria.

Por esta razón al acometer un proyecto relacionado con IoT es vital lograr un rápido “time to market”, así como seleccionar la tecnología y los integradores adecuados. La promesa de nuevos flujos de datos o un mayor grado de automatización es ciertamente tentadora, pero el mayor beneficio proviene de los grandes sistemas interconectados que presentan un desafío para muchas organizaciones, porque precisamente son proyectos que implican a toda la compañía, de extremo a extremo, sin olvidar aspectos menos evidentes relacionados con el buen uso de la información y la ética en los negocios.

Estos requisitos suelen plantear un verdadero reto a los directores de sistemas de información, los directores técnicos y los directores de compras, porque el mercado de tecnologías y servicios de IoT se caracteriza por una innovación extremadamente rápida. Y no son sólo los proveedores globales de cloud computing como Google, Amazon, Microsoft e IBM los que están expandiendo sus portfolios con servicios específicos de IoT, los operadores de telecomunicaciones también juegan, porque son dueños de las redes. A esto se añade el desplazamiento del procesamiento de eventos y del aprendizaje automático hacia los extremos, en lo que convenimos en llamar Edge Computing y Fog Computing, lo que da lugar a arquitecturas de IoT mucho más complejas y a nuevos retos de seguridad.

Como resultado, se está haciendo evidente que la exigencia a los proveedores de servicios de integración y desarrollo, que proporcionan servicio a las empresas en la ejecución de sus proyectos y la operación de su plataforma IoT, es elevadísima.

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